Enrique Verástegui

Barcelona 
1º Enero 77
Querido Wolfgang:
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Estuve esta navidad en París, que es una ciudad hermosa (y muy cara), con sus monumentos bajo la niebla, un frío de los mil demonios, y parecía irreal. Y luego la nieve caía lenta en las pistas, en mis cabellos, en mi rostro como plumas (disculpa la imagen).
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Estuve 5 o 6 días en París, después me volví. Y ahora prosigo mis lecturas en Barcelona, y trato de escribir entre un poco de brandy y otro poco de vino. Las librerías de antigüedades me deparan siempre alguna buena satisfacción: el otro día conseguí una antología de poesía peruana editada por estos lares, a principios de este siglo que ya empieza a terminarse. He presentado dos de mis manuscritos a dos editoriales, pero me parece que no tendré mucha fortuna. Entre tanto escribo lentamente un libro de ensayos, y quisiera publicar en revistas pero no tengo direcciones. Y debo ir pensando en conseguir algún trabajo en alguna universidad, pues en 6 meses más mi Beca se termina y no quisiera regresar a Lima, donde no tendría dónde trabajar. Así ya te imaginarás un poco mi estado de ánimo (que, de todos modos,  no deja de ser bueno).

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E. Verástegui