top of page

Raúl Zurita

(Santiago de Chile, 1950)

Una de las voces más importante de la poesía  latinoamericana, ha ganado los premios Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2020, Premio Nacional de Literatura 2000 y Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2016.

Screen Shot 2020-09-24 at 7.42.30 PM.png

De Anteparaíso 

(1982)

PASTORAL DE CHILE

I

Chile está cubierto de sombras

los valles están quemados, ha crecido la zarza

y en lugar de diarios y revistas

sólo se ven franjas negras en las esquinas

Todos se han marchado

o están dormidos, incluso tú misma

que hasta ayer estabas despierta

hoy estás durmiendo, de Duelo Universal

 

II

Los pastos crecían cuando te encontré acurrucada

tiritando de frío entre los muros

Entonces te tomé

con mis manos lavé tu cara

y ambos temblamos de alegría cuando te pedí

que te vinieses conmigo

Porque ya la soledad no era

yo te vi llorar alzando hasta mí tus párpados quemados

Así vimos florecer el desierto

así escuchamos los pájaros de nuevo cantar

sobre las rocas de los páramos que quisimos

Así estuvimos entre los pastos crecidos

y nos hicimos uno y nos prometimos para siempre

Pero tú no cumpliste, tú te olvidaste

de cuando te encontré y no eras más que una esquirla

en el camino. Te olvidaste

y tus párpados y tus piernas se abrieron para otros

Por otros quemaste tus ojos

Se secaron los pastos y el desierto me fue el alma

como hierro al rojo sentí las pupilas

al mirarte manoseada por tus nuevos amigos

nada más que para enfurecerme

Pero yo te seguí queriendo

no me olvidé de ti y por todas partes pregunté

si te habían visto y te encontré de nuevo

para que de nuevo me dejaras

Todo Chile se volvió sangre al ver tus fornicaciones

Pero yo te seguí queriendo y volveré a buscarte

y nuevamente te abrazaré sobre la tierra reseca

para pedirte otra vez que seas mi mujer

Los pastos de Chile volverán a revivir

El desierto de Atacama florecerá de alegría

las playas cantarán y bailarán para cuando avergonzada

vuelvas conmigo para siempre

y yo te haya perdonado todo lo que me has hecho

 ¡hija de mi patria!

 

 

III

 

Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle

si ya ni mis gemidos conmueven

a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras

Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era

nadie y aún están los muros contra los que llorando

aplastaba su cara mientras al verla

la gente se decía “Vámonos por otro lado”

y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella

pero yo reparé en ti

sólo yo me compadecí de esos harapos

y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua

de las piedras para que nos laváramos

y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé

los vestidos más lindos para que la gente te respetara

Ahora caminas por las calles como si nada de esto

hubiese en verdad sucedido

ofreciéndote al primero que pase

Pero yo no me olvido

de cuando hacían un recodo para no verte

y aún tiemblo de ira ante quienes riendo te decían

“Ponte de espalda’’ y tu espalda se hacía un camino

por donde pasaba la gente

Pero porque tampoco me olvido del color del pasto ‘

cuando me querías ni del azul

del cielo acompañando tu vestido nuevo

perdonaré tus devaneos

Apartaré de ti mi rabia y rencor

y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando

incluso a tus malditos cabrones

Cuando vuelvas a quererme

y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido

deshaciendo las cadenas de tu cuello

y corras emocionada a abrazarme

y Chile se ilumine y los pastos relumbren

 

 

IV

 

Son espejismos las ciudades

no corren los trenes, nadie camina por las calles

y todo está en silencio

como si hubiera huelga general

Pero porque todo está hecho para tu olvido

y yo mismo dudo si soy muerto o viviente

tal vez ni mis brazos puedan cruzarse sobre mi pecho

acostumbrados como estaban al contorno de tu cuerpo

Pero aunque no sobrevivirán muchas cosas

y es cierto que mis ojos no serán mis ojos

ni mi carne será mi carne

y que Chile entero te está olvidando

Que se me derritan los ojos en el rostro

si yo me olvido de ti

Que se crucen los milenios y los ríos se hagan azufre

y mis lágrimas ácido quemándome la cara

si me obligan a olvidarte

Porque aunque hay miles de mujeres en quien poder

alegrarse y basta un golpe de manos

para que vuelvan a poblarse las calles

no reverdecerán los pastos

ni sonarán los teléfonos ni correrán los trenes si

no te alzas tú la renacida entre los muertos

Hoy se han secado los últimos valles

y quizás ya no haya nadie

con quien poder hablar sobre la tierra

Pero aunque eso suceda

y Chile entero no sea más que una tumba

y el universo la tumba de una tumba

¡Despiértate tú, desmayada, y dime que me quieres!

 

V

 

Rómpanse de amargura, muéranse de dolor

Que se derritan sus tanques

y se caigan a pedazos sus aviones

y que de tristeza se hagan polvo corazones y valles

mentes y paisajes

delirios y galaxias

Porque enlutaron sus casas y arrasaron sus pastos

Porque no hay consuelo para nosotros

y nadie acude

a compadecerse de los afligidos

 

Y ella llorando decía:

“Nadie me quiere y mis hijos me han abandonado”

Pero ¿quién podría dejar de querer

al niño que cría

o abandonar al hijo que alimenta?

Pues bien, aunque se encontrase a alguien

que así lo hiciese

¡Ellos nunca te abandonarían a ti!

 

 

VI

 

Chile esta lejano y es mentira

no es cierto que alguna vez nos hayamos prometido

son espejismos los campos

y sólo cenizas quedan de los sitios públicos

Pero aunque casi todo es mentira

sé que algún día Chile entero

se levantará sólo para verte

y aunque nada exista, mis ojos te verán

bottom of page